La música es una fuente de inspiración para el arte madeirense. Los isleños son, en general, gente alegre y siempre dispuesta a la fiesta. Lo podemos sentir en los ritmos vivos de su música y la alegría de las canciones. Entre los instrumentos musicales más característicos se encuentra la Braguinha, una pequeña guitarra de cuatro cuerdas que llegó con los primeros pobladores de Madeira. Más tarde, en el siglo XIX, fue llevado a Hawái por un emigrante de Madeira que fundó una tienda de música. Renombrado a Ukalales (pulgas saltarinas) se convirtió en un ícono hawaiano. Las danzas folclóricas regionales también van acompañadas de otros dos instrumentos de cuerda: el Rajão y la Viola de Arame. El Brinquinho se utiliza para tocar el ritmo de la música folclórica, y consta de marcos circulares con coloridos muñecos con trajes tradicionales que golpean castañuelas cada vez que se tira del palo. Los conjuntos musicales Band d’Além y Xarabanda están compuestos por talentosos músicos y académicos locales que han buscado perpetuar la música tradicional. Han realizado un exhaustivo trabajo de campo, recopilando cantos y música tradicional de toda la isla.