Existen registros de tapices de Madeira desde el siglo XVIII. Sin embargo, sólo cuando el artista alemán Herbert Kiekeben se instaló en Madeira en 1938, convirtió una obra aislada en una actividad con expresión económica.
A partir de naturalezas muertas y obras de arte pintadas se han elaborado elaborados tapices. Aún hoy, la mayoría de estas obras que se venden en Madeira están inspiradas en cuadros famosos y no tienen temas originales. Pero desde el punto de vista de la técnica del tejido, son notables obras que incluyen alfombras, fundas para sillas, bolsos o cojines.