Madeira es famosa por sus jardines llenos de coloridas flores y árboles y arbustos de diversas especies.
Durante todo el año los jardines permanecen floridos, por eso siempre hay pétalos volando en Funchal. El aire es fragante y las aceras están cubiertas por una alfombra de mil colores.
En la isla de Madeira crecen libremente especies que sólo crecen en invernaderos en toda Europa, como petunias, begonias y cinerarias. Las suaves temperaturas, el clima subtropical y el fértil suelo volcánico hicieron que aquí las plantas traídas de todo el mundo se hayan adaptado muy bien. Por eso, además de la vegetación autóctona, siempre podemos encontrar muchas variedades exóticas, recolectadas en Australia, Nueva Zelanda, China, Japón, África, América del Norte, México o las Indias Occidentales. El Capitán Cook trajo un árbol de fuego de la selva africana y lo plantó en Quinta do Vale. Como él, cientos de personas han enriquecido los jardines de Funchal con ejemplares traídos de lugares lejanos. Algunos de los jardines más emblemáticos de la isla son: los Jardines Palheiro, la Quinta Palmeira, el Jardín Botánico de Madeira, el Jardín Tropical Monte Palace y los Jardines del Emperador.